Periodismo I.Génesis Dumián: Centro Sirio venezolano.

Génesis Dumián

22-01-2014

Práctica número 11

Los sirios y sus tradiciones

El Centro Sirio venezolano ubicado en Guarenas abre sus puertas de martes a domingo de 10 am a 12 pm. Los lunes se encargan de asear el área de la piscina, la cancha de fútbol, la de tenis, los restaurantes y baños que se encuentran dentro del centro. Los fines de semana es cuando más se llena porque se realizan eventos, actividades durante el día y en las noches fiestas para toda la comunidad

La familia Masri nunca había tenido la oportunidad de ir a ese centro Sirio. Aun cuando son de familia árabe no tenían el conocimiento de que existía. El sábado 18 de enero se dio una fiesta por la noche con motivo a las tradiciones que las comunidades árabes suelen realizar.

La cita para la fiesta marcaba a las 9 pm pero como es de costumbre en los árabes fueron llegando a la fiesta a eso de las 11 pm. En la entrada obsequiaban dulces árabes y más adelante estaba la persona encargada de dirigir a cada familia a su respectiva mesa.

A los Masri les tocó sentarse adelante ya que solo eran 4 integrantes. Mónica la niña, Jorge el varón, Jorge el padre y por supuesto Sofía la cabeza de la familia. Justamente se encontraban muy cerca de la tarima y también del cantante que estaba previsto a ir para ese día llamado George Kouz. Uno de los divos más jóvenes del país. Comenzó a tomar el micrófono con su padre Ajmar Kouz, también cantante, cuando solo tenía 14 años. Así que de tal palo, tal astilla. Hoy en día tiene 26 y ha recorrido el mundo entero con su talento.

Vestidos de manera elegante, Sofía de lentejuelas color lila, Mónica de corto en azul y los chicos con sus trajes de pingüino pasaron a pedir comida ya que el hambre ya les atacaba. Platos desde pasta, tabaquitos, las mil y un cremas, mortadela, pan árabe por doquier y hasta bandejas de galletas y dulces fueron traídos a la mesa de los Masri.

En lo que terminaron de comer ya el cantante estaba en lo suyo. Llegaron siete bailarinas árabes con turbantes y caderines alrededor de cada mesa con el fin de meterles dinero en sus caderas. Los Masri, estaban contentos porque nunca habían asistido a una fiesta de tan grande magnitud y, que además, estaban disfrutando lo más que podían. A eso de las 4 am decidieron marcharse ya que el cansancio se hizo presente sobre todo en el hombre de la casa luego de trabajar todo un día. Al llegar conversaron un poco sobre lo magnífico que les pareció para luego dormirse y descansar